El sarcasmo, una forma de agresión verbal, ha ganado popularidad como un supuesto signo de ingenio, pero su uso a menudo conlleva consecuencias negativas en la comunicación. Este tipo de lenguaje, aparentemente ingenioso pero cargado de veneno, sirve como un escudo para aquellos que desean criticar sin enfrentar consecuencias. Contrariamente a la creencia popular de que el sarcasmo está vinculado a la inteligencia, su utilización perjudica la comunicación efectiva. Aunque a veces se presenta en situaciones de confianza, como entre compañeros de trabajo, familiares o parejas, su efecto desgastante se intensifica en estas relaciones cercanas. En muchas ocasiones, el sarcasmo se asocia con "matones" intelectuales, personas que ocultan sus inseguridades detrás de palabras grandilocuentes y frases arrogantes. Estos individuos buscan hacer sentir a los demás inferiores, creyendo que son más inteligentes y brillantes. Estudios, como los realizados por el doctor Raymond Gibbs y pub