Las personas manipuladoras pueden presentarse con una fachada de amabilidad y buenas intenciones, lo que las hace especialmente peligrosas. Existen algunos signos que pueden indicar que una persona aparentemente agradable tiene intenciones ocultas y negativas. Conversaciones unilaterales. Las personas con malas intenciones a menudo intentan dominar las discusiones. Aunque aparentan ser seguras y amables, sus diálogos están diseñados para ocultar sus verdaderas intenciones y manipular a los demás. Si sus tácticas de conversación fallan, recurren a nuevas estrategias para alcanzar sus objetivos, como mostrar un repentino e inusual interés en la vida del otro. Este comportamiento no es más que una táctica para redirigir la atención hacia ellos mismos y mantener el control de la conversación. Demandas constantes. Estas personas tienden a desgastar emocionalmente a sus víctimas mediante demandas constantes y sutiles. Como individuos altamente egoístas, creen firmemente en la superioridad