Psicología
y
bienestar:
Jin Shin Jyutsu
Una práctica japonesa sencilla para aliviar el estrés es lo que vamos a ver aquí. Entre las distintas filosofías orientales que promueven la armonía cuerpo-mente, el Jin Shin Jyutsu destaca como un antiguo arte japonés que se vale únicamente de las manos para aliviar tensiones. Se trata de una forma de autocuidado que busca restablecer el equilibrio emocional y físico a través del contacto con los dedos, cada uno de los cuales simboliza una dimensión emocional concreta.
Aunque para muchas personas en Occidente pueda parecer insólita o esotérica, esta técnica se basa en principios simples y no invasivos; y en tiempos en los que el estrés, la ansiedad y el agotamiento emocional son parte del día a día, abrirse a nuevas herramientas puede marcar la diferencia.
Decía Eckhart Tolle que “El estrés nace cuando queremos estar en otro lugar que no es el presente”.
Frente al malestar emocional o físico, las soluciones no siempre se reducen a medicamentos.
Métodos ancestrales como este pueden ofrecer un alivio rápido y natural y lo mejor de todo es que no requieren experiencia previa ni recursos externos.
La sobrecarga mental en la vida moderna
Vivimos en una era donde las exigencias diarias nos desbordan.
El ritmo vertiginoso de la sociedad actual nos convierte, a menudo, en figuras diminutas frente a la inmensidad de nuestras obligaciones, un poco como en las películas de Hitchcock donde el protagonista queda perdido ante una inmensa perspectiva aérea.
Nuestro sistema nervioso se ve afectado por esta constante exposición al estrés:
- el sueño se altera,
- el corazón se acelera,
- la digestión se resiente…
Aunque el estrés, en pequeñas dosis, puede ser útil, cuando se cronifica da lugar a trastornos que impactan en todas las áreas de la vida.
Aquí es donde entra en juego esta técnica japonesa, que puede ayudarnos a reconectar con nosotros mismos y aportar una pausa revitalizante.
¿En qué consiste esta técnica?
El Jin Shin Jyutsu se basa en la idea de que cada dedo de la mano está relacionado con un par de órganos y con determinadas emociones.
Al ejercer una suave presión sobre ellos, se puede canalizar y liberar esa tensión acumulada.
Es una técnica muy antigua pero también algunos profesores la enseñaron en el colegio a los alumnos que preparaban para la selectividad, por ejemplo y en España.
Este sistema, comparable a la reflexología, sugiere que nuestras manos están conectadas con la energía vital de todo el cuerpo. Además, en la visión japonesa, los órganos no solo cumplen funciones biológicas, sino que también son sede de emociones.
Cómo practicarlo
El procedimiento es muy sencillo:
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Coge un dedo de una mano con la otra, rodeándolo suavemente.
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Aplícale presión suave durante unos 30 segundos.
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Alterna presión y descanso hasta completar unos cinco minutos.
Cada dedo está vinculado a una emoción específica:
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Pulgar: preocupación y el nerviosismo.
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Índice: miedo.
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Corazón (dedo medio): la ira y la frustración.
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Anular: la tristeza y la indecisión.
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Meñique: agotamiento y la ansiedad.
Escoge el dedo correspondiente a tu estado emocional actual y trabaja sobre él.
El poder terapéutico de nuestras manos
Este tipo de práctica tiene paralelismos con la acupresión, que se basa en activar puntos específicos del cuerpo para generar respuestas de alivio.
Según la ciencia, bajo nuestra piel hay terminaciones nerviosas conocidas como fibras C, que, al ser estimuladas, pueden provocar sensaciones placenteras y relajar el sistema nervioso.
Decía Marco Aurelio que: “Quien está en paz consigo mismo, está en paz con el universo”.
Aunque este tipo de prácticas no curan enfermedades ni sustituyen tratamientos médicos, sí pueden ser aliadas valiosas para recuperar la calma en momentos de sobrecarga emocional.
Un gesto tan simple como presionar el centro de la palma o rodear un dedo puede convertirse en una pausa reparadora.
Incorporar estas microtécnicas en el día a día —en la oficina, antes de dormir, o en un momento de crisis—, puede marcar una diferencia notable.
¿Te animas a probarlo?