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El pensamiento no puede tomar asiento. Síndrome del pensamiento acelerado

Foto Galería Google.

 

Los pensamientos van con nosotros siempre, pero si no queremos perder nuestra salud mental y salvaguardar la de quienes nos rodean y la de los más jóvenes, se impone aprendera dejar la mente en blanco.
 
Según el filósofo y experto en ciencias políticas, Alex Pattakos, los humanos somos prisioneros de nuestros pensamientos. 
 
Influenciado por la psicología experiencial, Pattakos argumenta sobre cómo nuestras expectativas y miedos nos atan y, actualmente, la cultura de la productividad ha hecho de nuestro cerebro un campo de batalla.

Parece ser que dejar la mente en blanco es poco menos que imposible, dijo Jesús García Badillo, Dr. en Psiquiatría, que quien fuese capaz de dejar la mente en blanco sería capaz de cualquier cosa.

Muchas personas, generalmente, cuando van a dormir, inmediatamente antes de conciliar el sueño, dedican algunos minutos que, a veces, se hacen minutos eternos, para analizar la jornada que concluye e incluso se preparan para el día siguiente, imaginan y recuerdan, no saben como calmar su mente.

Los pensamientos se tejen y enmarañan progresivamente entre sí como si fuesen hilos, esto es así hasta que el cerebro se  rinde y duerme al fin.

A esto se denomina síndrome del pensamiento acelerado, fue descrito por el psiquiatra y terapeuta Augusto Cury en el año 2013, teoría que enmarca en la psicología del desarrollo infantil. 

Según Curry, contagiamos nuestra ansiedad a los más jóvenes al igual que si se tratase de una gripe o similar. La culpa la tiene la hiperestimulación y produce intolerancia al aburrimiento. Esto es algo que se mantieneen la adolescencia y también en la edad adulta. 

Los niños enfermos de informática, siempre con el ordenador o la tablet o a la televisión, gastan todo su tiempo y dedican la totalidad de su esfuerzo mental a procesar informaciones sobre numerosos personajes y tramas, que en realidad, no es capaz de procesar con profundidad; y cuando está a punto de comprender lo que está viendo, se encuentra con un estímulo nuevo, al que también tiene que responder. 

La masa compacta y compleja de información superficial vuelve al joven incapaz de tolerar el silencio y la calma psicológica. Necesita actividad, necesita seguir funcionando, seguir conectado, se ha convertido en una droga que no controla sino que ésta lo controla a él.

Los estímulos con las que nos encontramos en el día nos motivan y exigen estar pendientes, en alerta, las 24 horas del día, cada vez la presión y la exigencia es mayor y el estado se convierte en alerta constante. Es lo que Cury denominó síndrome del pensamiento acelerado.

Esto es un problema psicológico, característico y propio de la sociedad del siglo XXI, que guarda una gran relación con el modelo de inteligencia multifocal que propone el mismo autor. 

Dice Cury, aunque antes ya lo habían dicho algunos filósofos, que aprendemos a construir el mundo a partir de la información que tenemos procesada y de la información que nos rodea, integrando ambas informaciones y dándole un significado propio.

Se integran aquí componentes cognitivos (lo que sabemos de las cosas); y componentes emocionales (lo que las cosas nos hacen sentir). 

Desgraciadamente, no cultivamos la inteligencia multifocal: nos resulta mucho más fácil entender cómo funciona la teoría de cuerdas que nuestro propio mundo interior.

Esta imposibilidad de desconecsión se ha asentado prácticamente toda la población

Para muchos, es habitual mantener la mente constantemente activa y procesando superficialmente pensamientos irrelevantes. Esto se da especialmente en determinados sectores profesionales: ejecutivos, periodistas, profesores, sanitarios, etc., profesiones éstas que tradicionalmente eran  más proclives a experimentar este síndrome del pensamiento acelerado. 

Hoy esta imposibilidad para desconecsión se ha asentando en toda la población prácticamente, niños incluídos.

Se da la circunstancia de que se ha aprendido algo incorrectamente, pensando que es mejor sufrir  ansiedad laboral a no tener trabajo. 

El sujeto busca un rendimiento óptimo y también un reconocimiento social, que nunca alcanza, porque  aspira a la perfección. 

Estamos en usa sociedad como supervivientes, en una sociedad  hiper exigente, donde se carece de atención psicológica y donde se normaliza la precariedad.

La insatisfacción que esto produce lleva a buscar una vía de escape, una salida; y, lo que tenemos más a mano, son el trabajo y las redes. 

La exigencia siempre pide y está comprometida con más sacrificio, siendo en esta circunstancia cuando aparecen y es ahí donde aparece, agolpándose, los pensamientos encadenados que no nos permiten la desconexión de lo irrelevante.

Tampoco dejan conectar con lo que importa verdaderamente y, esto es, cómo nos sentimos.

Analizar el origen de la ansiedad implica un esfuerzo, consciente, también una capacidad de introspección que se perfilará con los años.

La hiperproducción de pensamientos es un problema de la inmensa mayoría de la población y tiene unos efectos muy negativos en salud mental, sus manifestaciones son la fatiga, la desmotivación, la falta de sentido vital, los problemas de concentración, lapsus de memoriala , insatisfacción ante los propios logros, la intolerancia al aburrimiento y también a la rutina, laporque los pensamientos que se agolpaban se han convertido en preocupaciones. 

Es preciso dejar la mente en blanco, el cerebro, aprender a tolerar el aburrimiento o la infraestimulación. Posiblemente, generalmente, no logrará dejar la mente en blanco, pero se puede ir disfrutando de bajar el volúmen de ruido mental ganando en paz.

 

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