Comparto un artículo que me parece muy bueno y agradezco a su autora su iniciativa. Son cosas que deberíamos tener siempre presentes, no solamente han de ser propósitos para comenzar un nuevo año. Leed, tomar nota, asumid y llevara la práctica.
Pronto llegará el final de este año, con sus buenas cosas y aquellas no tan buenas, con sus alegrías y sus momentillos más complicados, y todos nos pondremos a hacer el mismo ritual de siempre; nuestra lista de propósitos…sí, esa, la que nunca cumpliremos. Pero otro año se iniciará e, incluso antes de que este termine, no deberíamos olvidar que hay, como mínimo, 30 cosas que no nos deberíamos hacer a nosotros mismos.
Y, haya pasado lo que haya sido, lo cierto es que ninguno de nosotros podemos volver a atrás; ni para cambiarlo, ni para hacerlo de otra manera, ni para borrarlo ni, obviamente, para volverlo a disfrutar.
La vida es una carretera hacia adelante o, de otra manera, un libro con muchos capítulos. Si nos gustó mucho el capítulo cinco y, ahora estamos en el quince, no podemos volver en un bucle indefinido a leer el capítulo cinco porque, sino, nunca avanzaremos por esa carretera. Si a ti no te gusta tu realidad, puedes siempre, en cualquier momento, empezar de cero y conseguir que tu final sea como quieras pero no esperes…¿por qué no empiezas hoy?
Muchos de los pacientes que llegan a consulta lo hacen cargando una gran mochila con piedrecitas, piedras medianas, piedras grandes e, incluso algunos, rocas. También, otros, llevan en la mochila los libros que leen y releen, una y otra vez, y que les impiden situarse en el aquí y el ahora.
Para iniciar su proceso de transformación, aquel en el que deben soltar piedras a lo largo del camino terapéutico primero, deben dejar aquellas cosas que les impiden avanzar y que no es más que la persecución de aquello incorrecto. Por ejemplo, los perfeccionistas, rígidos en actitudes y conductas, cuando se dan cuenta de que la perfección no existe pero que todavía les queda la excelencia, están en el sendero adecuado.
¿Cuáles son las cosas que nos impiden avanzar?
1. Aléjate de los que ni sí, ni no, ni nunca. La vida es demasiado corta como para pasarla al lado de gente que no te proporciona felicidad y personas tóxicas. Si alguien te quiere en tu vida, no te preocupes, más tarde o más temprano, estará allí. Sin embargo, tú no deberías forzar la relación. Dicho de otra manera: no le vayas a insistir afecto o, incluso, amor, a quien, constantemente, te está despreciando. ¡Ah! y recuerda: tendrás pocos buenos amigos a lo largo de esta carretera pero serán aquellos que no sólo estarán contigo cuando todo te vaya muy bien, sino que también lo estarán en los peores momentos, en aquellos que se necesita un amigo de verdad.
2. No evites tus problemas. Aunque no vaya a ser fácil sabes que puedes afrontar tus problemas. Y te caerás, te harás un chichón emocional y deberás elegir, nuevamente, si sentarte en la piedra o seguir tu camino. Porque nadie, pero absolutamente nadie, es capaz de encajar perfectamente, con deportividad y una sonrisa, cada golpe de la vida. Pero ello es precisamente lo que nos hace crecer como personas. Y si te enfadas o te entristeces o necesitas estar sólo, después de ello, forma parte de ese aprendizaje y vívelo como tal.
En el fondo, ¿cuál es uno de los objetivos de la vida? Aprender a afrontar los problemas, adaptarnos y solucionarlos. Eso es lo que, con el paso del tiempo, nos convierte en lo que somos.
3. No te engañes. Puedes engañar a otras personas, pero debes reconocer que hacerlo contigo mismo es, entre otras cosas, una pérdida de tiempo. Nuestras vidas sólo mejoran cuando corremos riesgos y el riesgo más difícil que nos podemos plantear es ser honestos con nosotros mismos.
4. No pongas las necesidades de los otros por encima de las tuyas. Muchas veces amamos tanto a los otros que, en ese proceso, nos olvidamos de que nosotros también merecemos ser amados. Pensamos que los otros son tan especiales que nos olvidamos que nosotros puede que también lo seamos y ayudamos tanto a los otros que nos olvidamos de ayudarnos a nosotros mismos. Seguro que tienes una pasión, que hay algo que es importante para ti, y todavía no has hecho, pues el momento es ¡ahora! ¿a qué estabas esperando?
5. No intentes ser quién no eres. Uno de los mayores retos de la vida es ser uno mismo en un mundo que te intenta convertir en otra persona. Sí, seguro que habrá alguien más guapo que tú, más inteligente que tú o más joven que tú, pero… ellos nunca serán ¡ tú! No intentes cambiar para que los demás te acepten. Si te quieren, de verdad, sólo tienes que ser tú mismo y las personas adecuadas amarán a tu “yo” auténtico, seas como seas.
6. No vivas del pasado. ¿Recuerdas el inicio de este artículo? Pues lo que decía: no puedes iniciar un nuevo capítulo en tu vida si aún permaneces releyendo el anterior.
7. No pasa nada si cometes un error. Hacer algo y equivocarse es mucho más productivo que no hacer nada, ya que significa que lo estabas intentando. Todos los éxitos esconden tras de sí una larga lista de errores y, no obstante, cada nuevo error te conduce al éxito.
8. No te castigues por los errores cometidos. Has podido llorar por lo malo que te haya pasado pero cualquier error, en realidad, te ha ayudado a dar con personas, cosas o situaciones que te han hecho feliz. Debes pensar que errores cometemos absolutamente todos, de la misma manera que tenemos problemas e, incluso, que si pudiéramos volver atrás en el tiempo quizás modificaríamos algunas cosas. Aun así, debes ser consciente de que tú no eres esos errores ni esos problemas y que estas en el aquí y en el ahora dónde existe la capacidad aquello que te ocurre para preparar tu futuro.
9. No se compra la felicidad. Solemos tener deseos caros, muy caros. Y, en cambio, las cosas que realmente nos satisfacen, son totalmente gratuitas: amar, reír, vivir, ver un amanecer o, para los que somos verdaderamente afortunados, trabajar en lo que nos apasiona.
10. No busques la felicidad sólo en los demás. Si no estás bien con tu propio yo, tampoco serás feliz en una relación de pareja. Por tanto, uno tiene que buscar primero, su propia estabilidad emocional y, sólo más tarde la podrá compartir.
11. Olvida la apatía. Si te dejas llevar por la pereza o, peor aún, por el “ya lo haré mañana”, generarás un problema que ni tenías. Si te resistes a afrontar una situación y, mediante la pereza o la procranistación, la evitas, nunca la vas a cambiar. ¿Quieres modificarla? Analiza la cuestión, pasa a la acción y toma riesgos si es necesario, ya que progresar implica arriesgarse.
12. No pienses que aún no estás preparado. Ese es el gran miedo que ha tenido, tiene y tendrá cualquier persona en tu lugar ya que ninguna se siente totalmente preparada cuando se presenta la oportunidad. Pero dice el proverbio “hay tres cosas que no vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra dicha y…la oportunidad perdida”. Además, la mayoría de oportunidades que se nos presentan en la vida nos obligan a salir de nuestra zona de confort y, por tanto, no nos sentiremos cómodos, al principio.
13. No mantengas relaciones sólo por no estar sólo. Ten cuidado en la elección de tus parejas y, sobre todo, no te precipites .Ten presente que si alguien tiene que ser para ti, lo será pero en el momento adecuado. Enamorate cuando estés listo, no porque te sientas solo.
14. No evites nuevas relaciones porque las anteriores no salieron bien. Todas las personas que se crucen en tu vida lo harán por algún motivo: para probarte, para usarte, para enseñarte… o para sacar lo mejor de ti, ¿quién te dice cómo es la próxima?
15. No compitas con los otros. No estés tan preocupado por aquello que los demás hacen mejor que tú. Lo más importante es lo que tú haces mejor que nadie y eso es la batalla que, cada día, libras contra ti mismo. Allí radica tu éxito.
16. No envidies a los otros. Llamamos envidia a fijarnos en las cualidades de los demás, haciendo caso omiso de las propias. Por tanto, te propongo un ejercicio muy sencillo: se trata de que respondas lo más sinceramente posible a una sola pregunta: “¿Qué tengo yo, como persona, que querrían tener los demás?” ¡Ya me contarás!
17. No te compadezcas a ti mismo. La vida nos plantea dificultades para orientar nuestro paso por la carretera por la dirección adecuada. Si ahora mismo estás atravesando por una situación de dificultad, seguramente no lo verás, puesto que el momento es duro. Pero si reflexionas sobre otro momento del pasado en que, también, tuviste que aguantar algunas dificultades, comprobarás que te llevaron hacia un lugar, una persona, una situación o un estado de ánimo mejores. Así que hazme un pequeño favor, ¡intenta sonreír! Demuéstrale al mundo que hoy eres más fuerte que ayer.
18. Libérate de los rencores. No te pases la vida guardando odio porque sólo conseguirás acabar haciéndote más daño a ti mismo que a las personas que odias. Estará bien empezar perdonando, no sólo a los demás sino a ti mismo, como manera de pasar página y encontrar la paz. Muchas personas se resisten al perdón porque creen que significa “todo está bien, no me importa lo que pasó” y eso no es cierto. El perdón es una respuesta en forma de “no pienso dejar que lo que pasó arruine mi felicidad” y, en este punto, se le da carpetazo y a continuar con tu vida.
19. No te rebajes. Si hay personas que se niegan a subir a tu nivel, tú también te puedes negar a rebajarte y bajar a su nivel.
20. No te justifiques. Dar justificaciones ante determinadas personas es una pérdida de tiempo, y lo sabes. Además, tus amigos no necesitan esas explicaciones y tus enemigos, igualmente, no te van a creer. Por tanto, haz lo que tú consideres correcto, en cada momento.
21. No hagas tareas repetitivas, sin tomarte descansos. Si sigues haciendo lo mismo, obtendrás los mismos resultados. A veces, es necesario distanciarse para verlo todo más claramente.
22. No pases por alto los pequeños momentos. La mayor parte de la vida está compuesta por numerosos pequeños momentos que pasamos haciendo cosas muy simples como riendo con la gente que nos importa, viendo una peli en el sofá y tomando churros de chocolate, todos muy tapados con una misma manta mientras fuera llueve…Disfruta de todos estos pequeños momentos porque cuando vuelvas la vista atrás descubrirás que, en realidad, fueron las grandes cosas.
23. No busques la perfección, no existe. Como decíamos al inicio del artículo, la perfección no existe. Por tanto, ir en su búsqueda es una quimera, una utopía que se queda sin recompensa ya que el mundo real a quien premia es a quien hace las cosas.
24. No apliques la ley del mínimo esfuerzo. La vida no es fácil, siempre y cuando el objetivo sea lograr algo importante y las expectativas sean elevadas. Sin embargo, cada uno tiene sus propios objetivos, submetas y metas y sus expectativas. En cualquier caso, y especialmente si eres joven, no tomes el camino fácil, ¡haz algo extraordinario!
25. No finjas que todo va bien. No hay ninguna necesidad de fingir, constantemente, que eres fuerte o que todo va bien. No pasa nada si un día no podemos más y nos derrumbamos, somos personas, no robots. Y si te preocupa lo que vayan a decir los demás, piensa que está de más; así que, si necesitas llorar, llora y si quieres reír, hazlo. En cualquier caso lo importante es desahogarse, sentir que se puede volver a respirar por encima de la angustia.
26. No culpes a los otros. La probabilidad de que consigas aquello que quieres depende de la medida en que hayas asumido tus responsabilidades. Sin embargo, si te encargas de culpar a los demás de tus problemas, estás negando dicha responsabilidad y traspasándola a los demás a quienes, por tanto, les das poder sobre tu vida.
27. No puedes ser todo y para todos. Por el sólo hecho de intentarlo ya te acabará quemando. Sin embargo, si limitas tu foco de atención puedes conseguir grandes cosas; por ejemplo, hacer sonreír a una persona puede cambiar su mundo entero.
28. No te preocupes. Preocuparse en exceso no quitará el problema de mañana pero sí el momento de felicidad del hoy. También os propongo otro ejercicio: si tenéis algo que os preocupa en exceso, preguntaros ¿Me importará el problema dentro de un año? ¿Y dentro de tres años? ¿Y en cinco años? Si la respuesta es que no, a las tres, entonces significa que vuestro problema tiene solución… aunque quizás todavía no la hayáis encontrado.
29. No pienses en algo que no quieres que pase. Céntrate en lo que sí quieres que ocurra. El pensamiento positivo es clave en todas las historias de grandes éxitos. Si te despiertas cada día con la idea de que algo maravilloso te va a suceder, y estás muy atento, seguro que descubrirás que tenías razón.
30. No seas desagradecido. Levántate cada mañana dando gracias por estar vivo y tener la oportunidad de vivir un nuevo día porque es un préstamo del cielo. Piensa que, en algún lugar, seguramente no muy lejos de nosotros, alguien está luchando desesperadamente para conseguir que los suyos salgan adelante. Por tanto, tú que no estás en esa situación, en lugar de pensar en lo que te falta, intenta pensar en lo que tienes y que eso, precisamente eso, falta a otras personas.
30 cosas que no te deberías hacer. Propósitos para comenzar el año 2015 con metas positivas
Pronto llegará el final de este año, con sus buenas cosas y aquellas no tan buenas, con sus alegrías y sus momentillos más complicados, y todos nos pondremos a hacer el mismo ritual de siempre; nuestra lista de propósitos…sí, esa, la que nunca cumpliremos. Pero otro año se iniciará e, incluso antes de que este termine, no deberíamos olvidar que hay, como mínimo, 30 cosas que no nos deberíamos hacer a nosotros mismos.
Y, haya pasado lo que haya sido, lo cierto es que ninguno de nosotros podemos volver a atrás; ni para cambiarlo, ni para hacerlo de otra manera, ni para borrarlo ni, obviamente, para volverlo a disfrutar.
La vida es una carretera hacia adelante o, de otra manera, un libro con muchos capítulos. Si nos gustó mucho el capítulo cinco y, ahora estamos en el quince, no podemos volver en un bucle indefinido a leer el capítulo cinco porque, sino, nunca avanzaremos por esa carretera. Si a ti no te gusta tu realidad, puedes siempre, en cualquier momento, empezar de cero y conseguir que tu final sea como quieras pero no esperes…¿por qué no empiezas hoy?
Muchos de los pacientes que llegan a consulta lo hacen cargando una gran mochila con piedrecitas, piedras medianas, piedras grandes e, incluso algunos, rocas. También, otros, llevan en la mochila los libros que leen y releen, una y otra vez, y que les impiden situarse en el aquí y el ahora.
Para iniciar su proceso de transformación, aquel en el que deben soltar piedras a lo largo del camino terapéutico primero, deben dejar aquellas cosas que les impiden avanzar y que no es más que la persecución de aquello incorrecto. Por ejemplo, los perfeccionistas, rígidos en actitudes y conductas, cuando se dan cuenta de que la perfección no existe pero que todavía les queda la excelencia, están en el sendero adecuado.
¿Cuáles son las cosas que nos impiden avanzar?
1. Aléjate de los que ni sí, ni no, ni nunca. La vida es demasiado corta como para pasarla al lado de gente que no te proporciona felicidad y personas tóxicas. Si alguien te quiere en tu vida, no te preocupes, más tarde o más temprano, estará allí. Sin embargo, tú no deberías forzar la relación. Dicho de otra manera: no le vayas a insistir afecto o, incluso, amor, a quien, constantemente, te está despreciando. ¡Ah! y recuerda: tendrás pocos buenos amigos a lo largo de esta carretera pero serán aquellos que no sólo estarán contigo cuando todo te vaya muy bien, sino que también lo estarán en los peores momentos, en aquellos que se necesita un amigo de verdad.
2. No evites tus problemas. Aunque no vaya a ser fácil sabes que puedes afrontar tus problemas. Y te caerás, te harás un chichón emocional y deberás elegir, nuevamente, si sentarte en la piedra o seguir tu camino. Porque nadie, pero absolutamente nadie, es capaz de encajar perfectamente, con deportividad y una sonrisa, cada golpe de la vida. Pero ello es precisamente lo que nos hace crecer como personas. Y si te enfadas o te entristeces o necesitas estar sólo, después de ello, forma parte de ese aprendizaje y vívelo como tal.
En el fondo, ¿cuál es uno de los objetivos de la vida? Aprender a afrontar los problemas, adaptarnos y solucionarlos. Eso es lo que, con el paso del tiempo, nos convierte en lo que somos.
3. No te engañes. Puedes engañar a otras personas, pero debes reconocer que hacerlo contigo mismo es, entre otras cosas, una pérdida de tiempo. Nuestras vidas sólo mejoran cuando corremos riesgos y el riesgo más difícil que nos podemos plantear es ser honestos con nosotros mismos.
4. No pongas las necesidades de los otros por encima de las tuyas. Muchas veces amamos tanto a los otros que, en ese proceso, nos olvidamos de que nosotros también merecemos ser amados. Pensamos que los otros son tan especiales que nos olvidamos que nosotros puede que también lo seamos y ayudamos tanto a los otros que nos olvidamos de ayudarnos a nosotros mismos. Seguro que tienes una pasión, que hay algo que es importante para ti, y todavía no has hecho, pues el momento es ¡ahora! ¿a qué estabas esperando?
5. No intentes ser quién no eres. Uno de los mayores retos de la vida es ser uno mismo en un mundo que te intenta convertir en otra persona. Sí, seguro que habrá alguien más guapo que tú, más inteligente que tú o más joven que tú, pero… ellos nunca serán ¡ tú! No intentes cambiar para que los demás te acepten. Si te quieren, de verdad, sólo tienes que ser tú mismo y las personas adecuadas amarán a tu “yo” auténtico, seas como seas.
6. No vivas del pasado. ¿Recuerdas el inicio de este artículo? Pues lo que decía: no puedes iniciar un nuevo capítulo en tu vida si aún permaneces releyendo el anterior.
7. No pasa nada si cometes un error. Hacer algo y equivocarse es mucho más productivo que no hacer nada, ya que significa que lo estabas intentando. Todos los éxitos esconden tras de sí una larga lista de errores y, no obstante, cada nuevo error te conduce al éxito.
8. No te castigues por los errores cometidos. Has podido llorar por lo malo que te haya pasado pero cualquier error, en realidad, te ha ayudado a dar con personas, cosas o situaciones que te han hecho feliz. Debes pensar que errores cometemos absolutamente todos, de la misma manera que tenemos problemas e, incluso, que si pudiéramos volver atrás en el tiempo quizás modificaríamos algunas cosas. Aun así, debes ser consciente de que tú no eres esos errores ni esos problemas y que estas en el aquí y en el ahora dónde existe la capacidad aquello que te ocurre para preparar tu futuro.
9. No se compra la felicidad. Solemos tener deseos caros, muy caros. Y, en cambio, las cosas que realmente nos satisfacen, son totalmente gratuitas: amar, reír, vivir, ver un amanecer o, para los que somos verdaderamente afortunados, trabajar en lo que nos apasiona.
10. No busques la felicidad sólo en los demás. Si no estás bien con tu propio yo, tampoco serás feliz en una relación de pareja. Por tanto, uno tiene que buscar primero, su propia estabilidad emocional y, sólo más tarde la podrá compartir.
11. Olvida la apatía. Si te dejas llevar por la pereza o, peor aún, por el “ya lo haré mañana”, generarás un problema que ni tenías. Si te resistes a afrontar una situación y, mediante la pereza o la procranistación, la evitas, nunca la vas a cambiar. ¿Quieres modificarla? Analiza la cuestión, pasa a la acción y toma riesgos si es necesario, ya que progresar implica arriesgarse.
12. No pienses que aún no estás preparado. Ese es el gran miedo que ha tenido, tiene y tendrá cualquier persona en tu lugar ya que ninguna se siente totalmente preparada cuando se presenta la oportunidad. Pero dice el proverbio “hay tres cosas que no vuelven atrás: la flecha lanzada, la palabra dicha y…la oportunidad perdida”. Además, la mayoría de oportunidades que se nos presentan en la vida nos obligan a salir de nuestra zona de confort y, por tanto, no nos sentiremos cómodos, al principio.
13. No mantengas relaciones sólo por no estar sólo. Ten cuidado en la elección de tus parejas y, sobre todo, no te precipites .Ten presente que si alguien tiene que ser para ti, lo será pero en el momento adecuado. Enamorate cuando estés listo, no porque te sientas solo.
14. No evites nuevas relaciones porque las anteriores no salieron bien. Todas las personas que se crucen en tu vida lo harán por algún motivo: para probarte, para usarte, para enseñarte… o para sacar lo mejor de ti, ¿quién te dice cómo es la próxima?
15. No compitas con los otros. No estés tan preocupado por aquello que los demás hacen mejor que tú. Lo más importante es lo que tú haces mejor que nadie y eso es la batalla que, cada día, libras contra ti mismo. Allí radica tu éxito.
16. No envidies a los otros. Llamamos envidia a fijarnos en las cualidades de los demás, haciendo caso omiso de las propias. Por tanto, te propongo un ejercicio muy sencillo: se trata de que respondas lo más sinceramente posible a una sola pregunta: “¿Qué tengo yo, como persona, que querrían tener los demás?” ¡Ya me contarás!
17. No te compadezcas a ti mismo. La vida nos plantea dificultades para orientar nuestro paso por la carretera por la dirección adecuada. Si ahora mismo estás atravesando por una situación de dificultad, seguramente no lo verás, puesto que el momento es duro. Pero si reflexionas sobre otro momento del pasado en que, también, tuviste que aguantar algunas dificultades, comprobarás que te llevaron hacia un lugar, una persona, una situación o un estado de ánimo mejores. Así que hazme un pequeño favor, ¡intenta sonreír! Demuéstrale al mundo que hoy eres más fuerte que ayer.
18. Libérate de los rencores. No te pases la vida guardando odio porque sólo conseguirás acabar haciéndote más daño a ti mismo que a las personas que odias. Estará bien empezar perdonando, no sólo a los demás sino a ti mismo, como manera de pasar página y encontrar la paz. Muchas personas se resisten al perdón porque creen que significa “todo está bien, no me importa lo que pasó” y eso no es cierto. El perdón es una respuesta en forma de “no pienso dejar que lo que pasó arruine mi felicidad” y, en este punto, se le da carpetazo y a continuar con tu vida.
19. No te rebajes. Si hay personas que se niegan a subir a tu nivel, tú también te puedes negar a rebajarte y bajar a su nivel.
20. No te justifiques. Dar justificaciones ante determinadas personas es una pérdida de tiempo, y lo sabes. Además, tus amigos no necesitan esas explicaciones y tus enemigos, igualmente, no te van a creer. Por tanto, haz lo que tú consideres correcto, en cada momento.
21. No hagas tareas repetitivas, sin tomarte descansos. Si sigues haciendo lo mismo, obtendrás los mismos resultados. A veces, es necesario distanciarse para verlo todo más claramente.
22. No pases por alto los pequeños momentos. La mayor parte de la vida está compuesta por numerosos pequeños momentos que pasamos haciendo cosas muy simples como riendo con la gente que nos importa, viendo una peli en el sofá y tomando churros de chocolate, todos muy tapados con una misma manta mientras fuera llueve…Disfruta de todos estos pequeños momentos porque cuando vuelvas la vista atrás descubrirás que, en realidad, fueron las grandes cosas.
23. No busques la perfección, no existe. Como decíamos al inicio del artículo, la perfección no existe. Por tanto, ir en su búsqueda es una quimera, una utopía que se queda sin recompensa ya que el mundo real a quien premia es a quien hace las cosas.
24. No apliques la ley del mínimo esfuerzo. La vida no es fácil, siempre y cuando el objetivo sea lograr algo importante y las expectativas sean elevadas. Sin embargo, cada uno tiene sus propios objetivos, submetas y metas y sus expectativas. En cualquier caso, y especialmente si eres joven, no tomes el camino fácil, ¡haz algo extraordinario!
25. No finjas que todo va bien. No hay ninguna necesidad de fingir, constantemente, que eres fuerte o que todo va bien. No pasa nada si un día no podemos más y nos derrumbamos, somos personas, no robots. Y si te preocupa lo que vayan a decir los demás, piensa que está de más; así que, si necesitas llorar, llora y si quieres reír, hazlo. En cualquier caso lo importante es desahogarse, sentir que se puede volver a respirar por encima de la angustia.
26. No culpes a los otros. La probabilidad de que consigas aquello que quieres depende de la medida en que hayas asumido tus responsabilidades. Sin embargo, si te encargas de culpar a los demás de tus problemas, estás negando dicha responsabilidad y traspasándola a los demás a quienes, por tanto, les das poder sobre tu vida.
27. No puedes ser todo y para todos. Por el sólo hecho de intentarlo ya te acabará quemando. Sin embargo, si limitas tu foco de atención puedes conseguir grandes cosas; por ejemplo, hacer sonreír a una persona puede cambiar su mundo entero.
28. No te preocupes. Preocuparse en exceso no quitará el problema de mañana pero sí el momento de felicidad del hoy. También os propongo otro ejercicio: si tenéis algo que os preocupa en exceso, preguntaros ¿Me importará el problema dentro de un año? ¿Y dentro de tres años? ¿Y en cinco años? Si la respuesta es que no, a las tres, entonces significa que vuestro problema tiene solución… aunque quizás todavía no la hayáis encontrado.
29. No pienses en algo que no quieres que pase. Céntrate en lo que sí quieres que ocurra. El pensamiento positivo es clave en todas las historias de grandes éxitos. Si te despiertas cada día con la idea de que algo maravilloso te va a suceder, y estás muy atento, seguro que descubrirás que tenías razón.
30. No seas desagradecido. Levántate cada mañana dando gracias por estar vivo y tener la oportunidad de vivir un nuevo día porque es un préstamo del cielo. Piensa que, en algún lugar, seguramente no muy lejos de nosotros, alguien está luchando desesperadamente para conseguir que los suyos salgan adelante. Por tanto, tú que no estás en esa situación, en lugar de pensar en lo que te falta, intenta pensar en lo que tienes y que eso, precisamente eso, falta a otras personas.
Sobre la autora de este artículo
María Dolors Mas Delblanch es
psicóloga en Barcelona, licenciada en Psicología por la Universitat
Oberta de Catalunya (UOC) y con Nº Colegiado 17222. Sus especialidades
son la ansiedad, la depresión y el TDAH. Puedes leer más artículos de
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