Estar en paro es como llevar una cadena al cuello, pies y manos, no te puedes mover, hay que rentabilizar lo que se tiene y no se pueden hacer dispendios ni invertir porque sí. No. El paro es así. Pero hay que saber que existen habilidades que podemos practicar para sublimar ese paro en vena que nos tiene anestesiados.
El paro es la plataforma de donde surten distintos sentimientos negativos, nerviosismo y frustración. Estas en paro no significa que la vida no continúe, la vida sigue y hay que hacerle frente
Hay que salvar la autoestima no considerando el paro como un fracaso, ni mucho menos en la profesión, mucho menos a nivel personal. Es más, hay personas brillantes a las que se las ningunea porque el mayor desprecio es no hacer aprecio y resulta que la envidia es la reina de todos los males.
Nuestra autoestima no debe llevar consigo el lastre que puede ser el sentimiento de aparente fracaso, porque hay que saber que al estrés lógico se sumaría una situación que podría decantar en depresión.
Existen estudios que concluyen que los hombres entre 30 y 55 años son propensos a sufrir depresión por desempleo, más que otro colectivo, pues tradicionalmente y/o culturalmente se les ha otorgado ese rol que les impide compartir sentimientos, expresar emociones.
Hay que tener presente que el poder de la mente es incomprensible para mucho y, sin duda, mucho mayor de lo que generalmente se piensa. La mente puede influir en nuestro entorno, puede atraer situaciones que pueden ser tanto positivas como negativas.
Hay que tener disciplina, es lo único que salva en determinadas situaciones al parado. No hay que quedarse en pijama, en casa, hay que levantarse temprano, organizar la vida diaria, con sistema, con método, hay que hacer las tareas de casa y hay que salir, en esta cuestión tener perros es una bendición, ellos ayudan a que no dudemos en ese tema de salir o no salir, tenemos que salir porque ellos lo necesitan, ellos nos ahcen sentirnos útiles y nos dan afecto y apoyo en un momento en que ciertamente se agradece.
Hay que ser y sentirse productivos, para no caer en el pensamiento de cuál es el sentido de nuestra existencia que, en los peores casos puede conducir al suicidio. Esto pondrá una barrera frente a pensamientos negativos, estamos activos, nos sentimos productivos y estamos trabajando aunque no cobremos, eso también es una bendición porque nos permite mantenernos vivos.
Otra cosa más que importante es no avergonzarse de la condición de parado. Nosotros no tenemos la culpa, en muchas ocasiones no depende percibier liquidez de nosoros, pero vamos a poner todo de nuestra parte para que nuestro trabajo sea remunerado.
Es verdad que muchos profesionales en paro se encierran en casa porque no quieren reconocer frente a sus colegas y amigos la situación desempleo o simplemente el tema está en que el sujeto sabe que no puede corresponder a invitaciones o proyectos de ocio, pero, dando carpetazo a la vida social nos enterramos en vida, esa actitud no sólo trae la desmotivación sino también la pérdida de posibles oportunidades que puedan surgir para encontrar un nuevo puesto que pueda venir desde la red de contactos.
No te victimices, no te des pena ni des pena por estar desocupado laboralmente, es decir por no cobrar, porque hemos quedado en que trabajamos como disciplina de vida para seguir viviendo y para mantener ok nuestra psicología. Hemos de socializar y mantener activas las relaciones, ir a jornadas, ciclos de conferencias, etc., Debemos buscar que quien conozca nuestro trabajo pueda, llegada la ocasión, hablar de nuestro valor como profesional.
El paro debe ser un tiempo de inversión para después poder rentabilizarlo. Si estuviésemos trabajando no tendríamos tiempo para formarnos, actualizarnos, trabajar en algún aspecto de nuestra profesión que, de estar trabajando, no podríamos. Pues ahora es el momento. Hay quien en sus parones laborales, porque la situación socio económica y laboral en España está peor que fatal, se ha hecho varios masters. Para esto no se necesita que al sujeto en cuestión le sobre liquidez, hay programas autonómicos o estatales que promocionan la formación en parados, eso sí, el título, si lo quieres, lo pagas tú.
Además de capacitación podemos practicar la actualización, aprovechando el tiempo para mantenerte al día sobre lo que sucede en tu sector profesional y especializarte en tu área. Esta es otra vía de socialización, donde se puede conocer más gente relacionada con tu profesión, con lo cual pueden incrementarse tus posibilidades de encontrar un trabajo nuevo.
Porque estés parado no tienes que glotonear pasteles o comerte tu solo un jamón, comer es entretenido para algunos, pero hay que hacer siempre lo correcto porque de no ser así, no vamos en contra de nadie, vamos en contra de nosotros mismos. Descuidar la salud trae consecuencias fisiológicas y psicológicas.
Establecer una rutina de ejercicios sería lo óptimo para mantenerse en forma y estar saludables, con ello se consigue proyectar vitalidad e incrementarán las probabilidades de que se interese alguna empresa en formalizar un contrato laboral con nosotros, la vitalidad y el dinamismo se venden bien.
No hay que devanarse los sesos en pensamientos negativos recordando constantemente que algo hemos hecho mal o preguntándonos qué hemos hecho mal o por qué tenemos esta mala suerte. En vez de eso hay que recordar los éxitos logrados en nuestra vida laboral, esto sirve para recordar que somos valiosos como profesionales y así fortalecer la autoestima. Trabajar la autoconfianza como profesional ayudará a levantar el ánimo, ayuda a atraer pensamientos positivos.
Ni las personas ni las emociones negativas tienen paso a nuestro entorno porque hay que mantener una actitud en la que el entusiasmo sea el protagonista. Convirtiéndonos en víctimas perdemos capacidad de seguir siendo útil. Hay que elegir la evolución no la involución.
La clave es valorar las propias capacidades, así conseguiremos transmitirlo a las empresas que necesitan personal de alto rendimiento.