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Pandemia y fobias

 

Ha surgido un incremento en las fobias que padecen los ciudadanos a raiz de la pandemia por covid 19.

Una de las más comunes es la hafefobia que es miedo a ser tocado, un miedo en este caso en parte, solo en parte, irracional, pues el covid 19 es muy contagioso. Eta fobia surge cuando se relaciona de forma prolongada el contacto físico con el contagio por covid-19 y la posterior muerte. Esta fobia, el miedo exagerado y persistente, puede ser especialmente preocupantes en los niños y en las personas mayores.

El comportamiento es irracional y tóxico; y nos limita en nuestro funcionamiento o desempeño habitual, ésto en niños y mayores puede tener importancia a nivel de desarrollo emocional.

Pero otras fobias han visitado a la ciudadanía, tales como la agorafobia que es el miedo a estar en espacios exteriores o en o ante multitudes. Hay síndromes que delatan, tales como el de la cabaña que es el sentimiento de preferir no salir a la calle, el individuo ve ante sí un futuro social de incertidumbre.

La hafefobia, es la patología que consiste en u nmiedo irracional a ser tocado 

  • por alguien o 
  • por algo o
  •  a tocar algo.

En realidad es un exagerado mecanismo de defensa en una situación donde se produce un mantenimiento de la distancia social prolongado y por los mensajes percibidos sobre el contagio del covid 19  que hace que algunos se obsesionen y se paralicen con ideas como 

  • coger el carro en el super, 
  • tocar un timbre
  • tocar  las puertas
  • chocar el codo con alguien, 
  • toccar el botón del ascensor, etc.

Estas fobias como resultado de la pandemia se explican porque la ciudadanía lleva muchos meses sometido a medidas restrictivas, que le generan estrés y también una ansiedad prolongada, también incertidumbre porque aún no vemos el final del tunel, lo que suele producir sufrimiento y angustia.Todo ello, sobre todo en personas con altos niveles de autoexigencia muy alta, suele tender más a sufrir estas fobias.

Estamos en pandemia, donde de todas partes nos llegan avisos, lo que constituye un verdadero bombardeo de mensajes dado el peligro real. Pero aún en situación de normalidad, es frecuente tener ese miedo excesivo o bloqueante, incapacitante en muchos casos, o fobia, en diferentes grados.

Es de suponer que , a medida que sepamos que va desapareciendo el covid 19, volveremos a relacionarnos "normalmente" con nuestros semejantes como antes de la pandemia.

Pero en el caso de los niños, éstos están desarrollándose emocionalmente y con este panorama incapacitante y no procesan adecuadamente, pueden no hacerlo, su aprendizaje y su socialización. Los niños no necesitan estar encerrados, sino sociabilizar, de ahí que esté indicado que en las familias o entre los convivientes se intente insificar las muestras de aceptación, cariño, contacto para que la no sea tan evidente la carencia de sociabilización fuera del entorno familiar o se note tanto y no perjudique.

Existe otro trastorno y este surge en las personas que ya antes de la pandemia necesitaban un espacio vital más amplio que otros ciudadanos. Ahora sienten más miedo, no tocan ni abrazan ni tienen gestos cariñosos que implique contacto incluso con respecto a sus padres, hijos, hermanos, es un miedo que a posteriori puede hacer mucho daño.

Hay casos en los son los propios niños quienes, cuando alguien pasa cerca de ellos, indican que no se acerque la persona en cuestión. Esto significa que han interiorizado que se trata de un peligro el tocar o rozarse con alguien. En estos casos convendría hacer saber a los niños los casos en los que está bien actuar de una forma determinada y en cuales no. 

Las recomendaciones que los distintos gobiernos han hecho en la pandemia son cosas que la gente puede adoptar integrándola en su vida diaria in aeternis, se está produciendo en el cerebro cambios a raiz de la modificación de las costumbres y usos, así por ejemplo no tener contacto físico es algo que tiene que ver con la forma en la que el cerebro analiza la realidad. El no tocar a los demás puede convertirse en un estilo de vida. 

Al margen de este hábito de no tener contacto con los demás, algunas recomendaciones en algunas personas se han convertido en hábitos, por ejemplo: hay quienes han adoptado como modus vivendi y sigue lavando lo que compra al llegar a su casa, incluso sabiendo que las autoridades sanitarias ya han indicado que esto ya no es necesario.

En el caso de los mayores esta fobia puede manifestarse de forma aumentada, les puede llevar al aislamiento, porque los mayores viven una soledad individual evolutiva causada por no trabajar o por tener distintas limitaciones físicas. Hay personas que desde que empezó a reconocerse la pandemia, sobre Marzo de 2020, no salen de casa, que por otra parte es lo aconsejable, pero no salir absolutamente para nada puede ser indicativo de un comportamiento fóbico. Habría que estar pendientes de que los mayores no caigan en hábitos extremos y que no se aislen totalmente.

También puede pasar en adultos en edad laboral que teletrabajan o han teletrabajado en la pandemia, el hábito pandémico se convierte en costumbre irracional que les impide relacionarse, algo perjudicial para el desarrollo cognitivo del ser humanos y del resto de animales no humanos también.









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