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Escuchar no es oir

Aprender a cómo escuchar, es un aspecto de la comunicación a la que no se le presta mucha atención. A la mayoría de nosotros no nos lo enseñan en la escuela, ni tampoco en casa. Todos, padres, madres, maestros, amigos nos dicen que hay que escuchar, pero nadie nos enseña cómo hacerlo. Así es que, la mayoría de nosotros aprendemos a escuchar por nuestra cuenta. Convertirse en un gran oyente es un proceso que lleva tiempo, paciencia y práctica. Aprender a ser un buen oyente tiene múltiples recompensas, comprobables a medida que se van manejando las diferentes técnicas de escucha. Lla escucha eficaz es el pilar de la satisfacción y el éxito en las relaciones interpersonales, algo que es así tanto en el ámbito laboral como en la vida familiar o privada.  Hay personas que dividen su vida como en compartimentos estancos, como si fueran un mueble con muchos cajones. Existe una tendencia a segmentarnos como personas según donde nos encontremos.  La persona sigue siendo la misma p

Estás en paro. Canaliza positivamente tu energía

    Estar en paro es como llevar una cadena al cuello, pies y manos, no te puedes mover, hay que rentabilizar lo que se tiene y no se pueden hacer dispendios ni invertir porque sí. No. El paro es así. Pero hay que saber que existen habilidades que podemos practicar para sublimar ese paro en vena que nos tiene anestesiados. El paro es la plataforma de donde surten distintos sentimientos negativos, nerviosismo y frustración. Estas en paro no significa que la vida no continúe, la vida sigue y hay que hacerle frente Hay que salvar la autoestima no considerando el paro como un fracaso, ni mucho menos en la profesión, mucho menos a nivel personal. Es más, hay personas brillantes a las que se las ningunea porque el mayor desprecio es no hacer aprecio y resulta que la envidia es la reina de todos los males. Nuestra autoestima no debe llevar consigo el lastre que puede ser el sentimiento de aparente fracaso, porque hay que saber que al estrés lógico se sumaría una situación que podría decantar

La amargura no sirve para nada

  En Prevención de Riesgos Laborales tenemos que ir a la raiz de los problemas para poder solucionar con éxito los temas que se nos plantean. Muchas cosas podrían evitarse de conocerse más a sí mismo el individuo, de mantenerse en su centro y de "no perder los papeles" por una u otra cuestión. Los casos de acoso laboral, por ejemplo, son producidos por pesonas en realidad atormentadas, personas que no se aceptan a sí mismos y necesitan que, como ellos están mal el otro también esté mal. Hay personas que viven permanentemente amargadas y en su amargor contaminan la dulzura que ellas mismas puedan llegar a tener e incluso la de los demás. Contra la amargura hay algunos consejos, algunas claves que hay que barajar para controlar la situación: No debes quejarte . La gente fuerte no se queja. Se ha de intentar mejorar las cosas pero eso no implica tener que lamentarse constantemente porque no se alzanza lo que se desea. Es frecuente que la queja además de ser queja sea incrementad

Viendo el chozo, se ve al pastor. Liderazgo

El liderazgo es un proceso interpersonal, porque compete a distintas personas, influye y afecta a distintas perrsonas, mediante el cual los cargos directivos tratan de influir en su personal, en sus colaboradores, en función de la consecución de unos objetivos que son las metas de trabajo predeterminadas, prefijadas. El liderazgo no es sinónimo de dirección, puesto que un director puede no ser realmente un líder. El directivo desarrolla la función de gestor que engloba ciertas funciones básicas como:  planificar organizar integrar al personal dirigir  controlar.    La dirección solo es un componente del liderazgo. Pero, sin duda, es conveniente que un director sea al mismo tiempo un líder puesto que los resultados de su gestión serán mejores, tanto en su empresa como en su grupo de trabajo. Para ser un líder se ha de tener visión, es decir, imagen clara, previsible, de una futura situación deseable para mejorar la actual, que mejore la situación actual. El líder tiene que

El desprecio es un tipo de acoso que no se debe consentir

  El desprecio siempre hace daño se manifieste en la forma que sea puesto que es una agresión que cuyo objetivo es herir y desmoralizar a la víctima. El que desprecia lo que busca es hacer daño a los demás. El desprecio puede vincularse a  una palabra un simple gesto una actitud. El desprecio juega con el miedo de la víctima a ser rechazada y la víctima puede ser cualquiera, generalmente en la persona hay una necesidad inherente de agradar a los demás; y, cuando alguien expresa su desprecio, la víctima, sentirá un profundo vacío emocional que se convertirá en una herida que puede ser tan profunda y que puede dañar la autoestima de quien sufre el desprecio. Un rival sabe que el mayor daño que puede hacer a su oponente, aunque este oponente solo lo sea en la mente del agresor, es el desprecio y, como dice el refrán: el mayor desprecio es no hacer aprecio. Es decir hacer el vacío a la persona, ningunearla, hacer como si no existiera, no valorar su trabajo, incluso desvalorarlo. Esto se da

El desarrollo de competencias

  El desarrollo de competencias supone transformación de la persona. Esta transformación viene a efectuarse según cuatro etapas:  1) Incompetencia inconsciente 2) Incompetencia consciente 3) competencia consciente 4) competencia inconsciente. Etapa 1: Incompetencia inconsciente. Todos tenemos unas competencias en distintas áreas de la vida profesional, personal, etc, estas son los  conocimientos habilidades destrezas actitudes valores Pero igualmente tenemos vacíos de los que no somos conscientes. A la etapa en la que no somos conscientes de nuestras carencias competenciales se llama "incompetencia inconsciente". Podría decirse que no nos damos cuenta de nuestra falta de competencia en algo hasta que no nos vemos obligados a usar de esa competencia. Etapa 2: Incompetencia consciente . Es imprescindible darse cuenta en todo proceso de desarrollo de competencias de la necesidad de tener, de adquirir tal competencia. Esto es un paso fundamental, adquirimos en ese momento el c

Vivir sin prisas

   Lejos estamos de aquella Antigüedad Clásica, de aquella Edad Media en que se tenía tiempo para todo, si comparamos una pieza medieval con una pieza musical contemporánea podemos entender mucho mejor la sed de tiempo que tenemos hoy. Mientras antes había tiempo para todo ahora no hay tiempo para nada, si un día tuviese 48 horas aún nos faltaría tiempo. Vivimos estresados, sobre la prisa, como si nos estuvieran persiguiendo y...eso NO ES VIVIR. Para vivir hay que saborear, aunque sea un poco, el instante, darse cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor, saborear, darnos cuenta de lo que hacemos, de lo que nos pasa, de lo que tenemos, del valor de la compañía de los demás... Si vivir rápidamente no es vivir, habrá que aminorar la marcha para no pasar por la vida sin que la vida haya entrado en nosotros. Realmente el tiempo o la falta de tiempo se han convertido en una epidemia, en una pandemia, son una enfermedad que sufrimos contemporáneamente. La gente conduce deprisa creyendo que as

Acuerdo y discusión en el cerebro

  La discordia ocupa mucho espacio en el cerebro Imaginemos que dos personas hablan de forma armoniosa, sus cerebros están en armonía; pero, si estas personas llegaran a discutir porque no estén de acuerdo en sus argumentos, aparece la discordia, la rivalidad, entra en estos momentos discordia también en varias áreas del cerebro, funciones cognitivas superiores se ponen en marcha, en alerta, se movilizan para combatir los argumentos de la otra persona que se ha convertido en un rival. El individuo se pone en guardia y quiere vencer en la discusión, ganar a su contrincante, hay tensión entre e llos. Pero cuando entre las dos personas existe acuerdo los cerebros de ambas personas muestran actividad armoniosa, se concentra la dinámica en las áreas sensoriales. Se necesita usar mucho más espacio cerebral cuando se discrepa que cuado se está de acuerdo. En una discusión sobre temas políticos, sociales, económicos, deportivos, cada persona realiza grandes esfuerzos para que su punto de vist

Desorden en tu casa, desorden en tu vida

  Se ha asociado el desorden con personas inteligentes porque hubo y hay genios que son desordenados, o no, quizás todo lo que nosotros vemos como un tremendo desorden tiene su cálculo detallado hasta límites insospechados, todo tiene su lugar y su sitio pero eso solo lo sabe el autor del desorden, sería el caso, por ejemplo de Einstein o el de Mark Twain. Pero ni eso es cierto ni tampoco lo es que todo el que es perfectamente ordenado sea una persona excelente, el orden en exceso puede ser el reflejo de alguien obsesivo compulsivo. Decía Benjamín Franklin que “ El desorden almuerza con la abundancia, cena con la pobreza y se acuesta con la muerte ”. Generalmente tener desordenada los lugares que habitamos es un reflejo de la desorganización que puede tener a nivel personal, a nivel interno, un individuo. Tener objetos prácticamente amontonados o amontonados del todo habla de alguien que tiene muchas ideas pero que no lleva a puen puerto ninguna de ellas. El desorden de una persona hab

Equilibrio emocional y sociopolítico

  En estos tiempos que corren debemos ser capaces de trabajar por el equilibrio emocional y sociopolítico, trabajando a nivel personal estaremos trabajando igualmente a nivel social y por tanto a nivel político. Debemos ser capaces de canalizar nuestros sentimientos para poder mantener un equilibrio emocional. En sociedad, debemos canalizar nuestros sentimientos, emociones, ideas, para poder mantener ser ciudadanos que podamos ser útiles a la sociedad y nuestro comportamiento sea positivo y no  negativo, sume, en vez de restar aportando antivalores. Un enfoque adecuado de la realidad, de lo que hoy es; y de la historia, de lo que ya pasó, puede ayudar a una mejor adaptación a la realidad que nos rodea y a interactuar más sanamente en sociedad. Hay que olvidar guerras pasadas, quienes las vivieron ya no están; las ideologías que las sustentaban ya no son tal cual eran hoy por hoy porque el hombre es él y sus circunstancias, cuando las circunstancias cambian, el hombre debe adaptarse a u

Los empleados tóxicos suelen ascender hasta la cima del trabajo. Esto también sucede en la política

  Primeramente habría que saber que un trabajador tóxico se caracteriza por la ausencia de valores, es codicioso, injusto, soberbio, falso, etc. En la Universidad de Bonn han estudiado cómo es posible que tengan éxito trabajadores que derrochan "tales virtudes". Basaron su estudio sobre 203 tipos de personas en el ambiente laboral y trabajaron con sus autoevaluaciones y evaluaciones de estos compañeros de trabajo. El trabajador que sigue para triunfar el "modelo de carrera tóxica" lo hace ejerciendo este papel: chismorrea, es un "encantador de serpientes nato", tipos muy políticos y esto determina que sus superiores terminen pensando que tienen un alto desempeño laboral, aunque sus compañeros, paralelamente, mientras tanto, a su pesar, y a menudo conozcan la cruda verdad.  Todo éxito gira en torno a las habilidades sociales que tenga el sujeto en cuestión. Hay tipos que se venderían o vendería a cualquiera y a cualquier precio por trepar laboralmente. 

Toma de decisiones

  A la hora de tomar decisiones e interpretar las distintas cosas, vivencias, etc., no siempre somos lo racionales que creemos ser; y, es que nuestro cerebro puede engañarnos por medio de mecanismos mentales y emociones, esto es a lo que se llama sesgos. Son errores de procesamiento, fallos que cometemos al razonar, evaluar, recordar, decidir y que influyen en nuestras decisiones, ya sea de forma voluntaria o involuntariamente.  Generalmente se suele confiar en la primera impresión que nos ofrece algo o alguien, la primera información sobre un determinado tema. Otro sesgo o prejuicio es lo que Scott Plous llamó " heurística de disponibilidad ", según lo cual “ cuanto más accesible sea un suceso, más frecuente y probable parecerá; cuanto más viva sea la información, más convincente y fácil de recordar será; y cuando más evidente resulte algo, más causal parecerá ”. Es decir, cuanto más ruido, más probabilidad de ser escuchado, esto es algo que se usa en política y que vemo

Vivir a la defensiva. Reactivo emocional

Un reactivo emocional es quien se enfada por todo, personas susceptibles, tanto que los demás no saben cómo dirigirse a ellos, cómo le sentarán las cosas, qué actitud tomar frente a él, cómo dirigirse a ellos, lo que complica de forma hiperbólica las relaciones humanas, en las que no hay naturalidad, lo mide todo, lo escucha todo, ve hasta donde no hay nada que ver. La reactividad emocional suele estar asociada a trastornos depresivos. Vivir siempre a la defensiva tiene sus consecuencias para quien vive así y para los demás. Estas personas reaccionan responden ante las distintas situaciones que se les presentan en la vida, ante los demás en sus relaciones, de forma desajustada, descontrolada, inesperada, desproporcionada. A estas personas todo les molesta, incluso cosas que se hacen con la mejor de las intenciones, les molestan, su susceptibilidad enfermiza crea barreras que impiden que procesen bien las acciones de los demás, las distintas situaciones, no se entienden ni a ellos mismo

La ira

Hay personas constantemente enfadadas o un rato alegres y al segundo siguiente iracundas como demonios. Esto no esconde más que inferioridad, baja autoestima y miedos. Pero miedos que no se reconocen ni tampoco se aceptan. La persona, sobre sí mísma, tiene otro concepto muy distinto. Puede ser un opresor o un dictador y pensarse que se San José con la bara florecida de azucenas y todo. El cerebro no gestiona los pensamientos como es debido y la persona cae en el malestar que le produce rabia y enfado, de ahí a desencadenarse una tormenta iracunda todo es uno.   Con todo esto la persona es una víctima de sí misma, aunque victimice a otros, lógicamente, los pacientes sufridores de un caracter dualista e istriónico. Estas personas están "a merced de los vientos", a merced de los propios razonamientos que no son más que el resultado de un análisis superficial del miedo, que se puede sentir hacia muchas cosas, por ejemplo, no sentirse valorado, creer que pierde puntos frente al r