El desprecio siempre hace daño se manifieste en la forma que sea puesto que es una agresión que cuyo objetivo es herir y desmoralizar a la víctima. El que desprecia lo que busca es hacer daño a los demás. El desprecio puede vincularse a una palabra un simple gesto una actitud. El desprecio juega con el miedo de la víctima a ser rechazada y la víctima puede ser cualquiera, generalmente en la persona hay una necesidad inherente de agradar a los demás; y, cuando alguien expresa su desprecio, la víctima, sentirá un profundo vacío emocional que se convertirá en una herida que puede ser tan profunda y que puede dañar la autoestima de quien sufre el desprecio. Un rival sabe que el mayor daño que puede hacer a su oponente, aunque este oponente solo lo sea en la mente del agresor, es el desprecio y, como dice el refrán: el mayor desprecio es no hacer aprecio. Es decir hacer el vacío a la persona, ningunearla, hacer como si no existiera, no valorar su trabajo, incluso desvalorarlo. Esto se da